Pedro Castillo, el maestro rural peruano que ganó la presidencia contra la élite política del país andino

Pedro Castillo es proclamado Presidente: ¿Qué viene ahora?

Luego de casi mes y medio de dilación institucional y en medio de un torbellino político que sobrepasó su capacidad burocrática, el Jurado Nacional Electoral de Perú (JNE) proclamó a Pedro Castillo como Presidente de la nación andina este lunes.

El ente anunció que había procesado y seguidamente desestimado el último grupo de las 270 actas impugnadas por Keiko Fujimori. Castillo fue proclamado en la víspera del Bicentenario de la República y a nueve días del cambio de gobierno, cuando se espera que el nuevo presidente sea juramentado.

Contexto: Apenas se supo que el JNE iba a proclamar, vía on line, a Castillo como presidente Keiko Fujimori aceptó su derrota.

Fujimori declaró: “así como juré aceptar los resultados electorales porque es lo que la Constitución manda, hoy les juro que no me voy a rendir, y los invito a poner en marcha una verdadera defensa democrática. El Perú necesita a todas las fuerzas sociales y políticas unidas en la gran tarea de detener al comunismo. Nuestra defensa recién empieza”.

La excandidata se autoproclamó por el liderazgo de la oposicion a Castillo retomando las facetas más recalcitrantes de su discurso de campaña. “Nos toca ahora enfrentar unidos una nueva etapa muy difícil porque el comunismo no llega al poder para soltarlo, por eso quieren imponernos ahora una nueva Constitución. Estoy totalmente segura de que los peruanos no vamos a permitir que Pedro Castillo conviertan al Perú en Cuba o en Venezuela”, dijo.

Por su parte, Castillo habló a sus seguidores en la sede de su partido y dirigió un mensaje a Fujimori. “Invoco a la lideresa de Fuerza Popular, a la señora Fujimori, que no pongamos más barreras para sacar adelante este país. Bienvenidos a este espacio para hacer un Gobierno de todos los peruanos, de ‘todas las sangres’, sin distinción alguna”, manifestó. El presidente electo aludió así a una de las novelas del antropólogo José María Arguedas, uno de los intelectuales que en el siglo XX representó en sus obras las injusticias que padecía la población andina.

Castillo insistió en los llamados a la unidad, prometió estabilidad y recalcó su principal oferta de campaña. “Tengo el corazón abierto, no hay rencor. Vamos a trabajar juntos y rechazar cualquier cosa que vaya en contra de la democracia, para garantizar la estabilidad jurídica y económica”. Sobre la Asamblea Constituyente que prometió convocar, dijo que respetará la institucionalidad y la actual Constitución “hasta cuando el pueblo lo decida”.

Por qué es importante: El hito de la elección de Pedro Castillo deja por sentados importantes hechos. Primeramente, la institucionalidad peruana lo proclama en el estertor de una crisis prolongada y profunda, en circunstancias altamente tortuosas y peligrosas. Su propia elección es ejemplo de ello.

En segundo lugar, el ambiente precedido a la proclamación debe considerarse no exento de presiones contra Castillo para maniatar su gobierno. Keiko Fujimori persiste como un factor latente para generar crisis, pues ha demostrado su capacidad de hacerlo y su próximo posible destino judicial debe avisorarse como un nuevo torbellino.

Seguidamente, Castillo tiene frente a sí un cuadro sumamente adverso para empujar su promesa constituyente, dada la clara resistencia que ya es palpable en la institucionalidad tradicional y los partidos que la componen.

Lima dejará de ser oficialmente la capital del llamado Grupo de Lima. Este será un hecho clave en la composición del cuadro político regional.

Perú se abre paso con nuevo ímpetu a un gobierno de corte popular que ha emocionado a sectores históricamente excluidos. Se abre a posibles giros en su política interna pudiendo delinear una inflexión en el ciclo histórico que ha precedido en el país andino. Aunque será un ciclo muy difícil y sujeto a riesgos, no estará exento de épica, tal como ha sido la misma victoria de Castillo.

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