La cumbre sirvió como espacio de balance y evaluación de las líneas estratégicas del organismo

El ALBA como condición base de la unidad latinoamericana

El 14 de diciembre La Habana, Cuba, acogió la XX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), espacio multilateral que, a decir de su Secretario General, Sacha Llorenti, se mantiene firme y es tan necesario como hace 17 años, sobre todo para que los países miembros puedan encarar de manera conjunta las problemáticas.

Una agenda: Se enmarcó en un análisis de la coyuntura actual, las condiciones de la pandemia y la pospandemia. El Consejo de Complementación Económica, conformado por autoridades del área, acordó buscar alternativas de fortalecimiento económico de la alianza.

Se propuso la creación de un observatorio contra las injerencias, en respuesta a la Cumbre para la Democracia convocada por la administración Biden, que aprobó un presupuesto millonario para desestabilizar a los gobiernos soberanos.

El objetivo del observatorio será analizar periódicamente hacia dónde va ese dinero y el papel de algunas ONG en procesos desestabilizadores y estudiar cómo se aplican las medidas coercitivas unilaterales en los países miembros.

Múltiples logros: Llorenti destacó como logros la alfabetización de millones de personas con el método cubano “Yo sí puedo”. Recordó que la Misión Milagro devolvió la vista de forma gratuita a más de seis millones de latinoamericanos.

Acentuó la creación del Fondo Humanitario para enfrentar los desastres naturales y emergencias de salud de los países miembros, así como el establecimiento del puente aéreo humanitario, en conjunto con la aerolínea venezolana Conviasa, para el traslado de las vacunas, personal médico e insumos.

Frases:

  • “Nuestras democracias no basan sus fuerzas en el poder del dinero o las armas. Quienes hemos nucleado nuestras energías y potencialidades en torno al ALBA-TCP no cabemos en los moldes diseñados por el imperio para sus súbditos o sus cómplices”. Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba.
  • “Estamos en un momento especial de la ALBA, y si ponemos el tema económico, monetario, financiero y productivo en el centro de nuestras acciones, estoy seguro de que en la nueva época que se ha abierto también el ALBA se encontrará otra vez en la vanguardia de los cambios revolucionarios que nuestros pueblos aspiran”. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Algunos acuerdos:

  • Abogar por un orden internacional transparente, democrático, justo y equitativo, basado en el multilateralismo.
  • Reafirmar el derecho de todo Estado a construir su propio sistema político, económico, social y cultural.
  • Condenar el genocida e ilegal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. contra Cuba y Venezuela.
  • Denunciar la utilización de estrategias de guerra no convencional contra los gobiernos y líderes progresistas de la región.
  • Resaltar que los resultados de la COP26 no estuvieron a la altura de las expectativas de los países en desarrollo. “Se requieren compromisos más ambiciosos”.
  • Rechazo a la criminalización de la migración irregular y toda forma de discriminación e intolerancia.

Por qué es importante: La unidad, como fase superior de la integración, se hace cada vez más necesaria ante la crisis global de un sistema encabezado por un imperio decadente. De allí que el ALBA se caracterice por ser una alianza de países que no se excluyen por el hecho de no comulgar con uno u otro modelo político.

Su visión es inclusiva y el sentido de su existencia lo marcan las acciones solidarias, como la de enfrentar en conjunto la pandemia de la covid-19, o contribuir con las naciones más desfavorecidas en el enfrentamiento a la pobreza y a la desigualdad.

En 1959, a pocos días del triunfo de la Revolución Cubana, Fidel se preguntaba, y prefiguraba el futuro, desde Caracas: ¿Hasta cuándo vamos a ser piezas indefensas de un continente a quien su Libertador lo concibió como algo más digno, más grande?

ASOCIADO