Crisis entre las potencias atlánticas a raíz del último movimiento de EE.UU

Malas noticias para la alianza AUKUS contra China

La alianza militar establecida entre EE.UU., Reino Unido y Australia (AUKUS) representa una nueva maniobra para acosar a la República Popular China y un nuevo intento de frenar su despliegue en Asia Pacífico y el Mar del Sur de China.

Contexto: La alianza nació creando un problema geopolítico de primer orden entre Australia, EE.UU., Reino Unido y Francia a raíz de la suspensión de un contrato suscrito entre París y Canberra, firmado en 2016 y por aproximadamente 65 mil millones de dólares, para la entrega de 12 submarinos convencionales. Australia rescindió el contrato y ahora adquirirá submarinos de propulsión nuclear de EE.UU. para reforzar su flota, lo que produjo una colérica reacción de Francia que se tradujo en llamados a consulta de sus embajadores y una nueva crisis de confianza en el seno de la OTAN.

Peligros: La transferencia de tecnología nuclear a Australia implica una amenaza para los compromisos de no proliferación suscritos internacionalmente. El país se convertiría, de la mano de Washington y Londres, en el séptimo país, después de EE.UU., China, Reino Unido, Francia, India y Rusia, en utilizar embarcaciones de este tipo.

Razones: AUKUS puede verse como una reacción apresurada frente a la catastrófica salida de Afganistán por parte de las fuerzas ocupantes de EE.UU. y la OTAN. La pérdida de influencia y despliegue en el centro de Asia ahora busca ser reequilibrada elevando la presión contra la República Popular China, enfatizando las operaciones de cerco y provocación occidental en el eje geopolítico que abarca el sudeste asiático y el Océano Índico, lo que EE.UU. llama “el Indo-Pacífico”.

Objetivos: El objetivo fundamental de la alianza promovida por Washington es obtener un estatus de supremacía militar en Asia, incorporando la nueva flota de propulsión nuclear de Australia y reforzando su alianza, también en materia de seguridad y defensa, con India y Japón a través del Quadrilateral Security Dialogue (Quad, por sus siglas en inglés).

Problemas: Los intentos de utilizar AUKUS como un viento de cola para aprovechar las tensiones en el sudeste asiático y movilizarlas contra China pueden encallar. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la principal arquitectura diplomática de la zona, continúa siendo una plataforma estratégica de diálogo y cooperación que Washington todavía no ha logrado rebasar para imponer una coalición anti-China en la región.

La clave: El caso de Australia es ilustrativo de las pocas perspectivas de avance que tiene AUKUS. El país forma parte de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) promovida por China y firmada junto a otros 13 países de la región a finales del año pasado. Esta asociación representa el 30% del PIB mundial, y en ella no participan las principales economías occidentales. Australia, en concreto, tiene importantes lazos comerciales con China, al igual que buena parte de los países de sudeste asiático, principales beneficiarios de las inversiones del gigante asiático. Por ende, acompañar a EE.UU. en una carrera armamentista y geopolítica contra China va en contradicciones con sus principales intereses nacionales.

Por qué es importante: El enfoque agresivo a nivel militar que AUKUS busca imprimirle a la competencia geopolítica en el sudeste asiático es su principal factor de vulnerabilidad. Resulta difícil creer que los países con proximidad geográfica a China acompañen una agenda este tipo, a sabiendas de que el gigante asiático es un aliado crucial, pese a las tensiones existentes, en el ámbito económico, sanitario y financiero, donde EE.UU. vuelve a demostrar que tiene muy poco qué ofrecer.

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