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La geopolítica euroasiática vive un momento decisivo

Durante estos días, en Dushanbe, capital de Tayikistán, se desarrolla la 21ª Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en el marco de una cumbre conjunta con la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), para abordar diversos temas estratégicos de la región.

No es un encuentro más: Las reuniones de alto nivel ocurre a pocas semanas de la catástrofe geopolítica de Washington en Afganistán, cuya caótica salida tras 20 años de ocupación ha representado un nuevo hito en el declive hegemónico del imperio estadounidense. El encuentro busca perfilar una respuesta euroasiática común frente al desafío estratégico de seguridad, migración y terrorismo que plantea para la zona un Afganistán tomado por el Talibán.

Dato:
 Ebrahim Raisi, recién juramentado como presidente de la República Islámica de Irán, el pasado mes de agosto asistirá a las reuniones en Dusambe, lo que representa su primer viaje al extranjero y una confirmación de que el horizonte geopolítico del nuevo gobierno está en Eurasia.

Clave: Particularmente la República Islámica Irán está presente en la OCS desde el año 2005 con estatus de observador. Se espera que durante estas reuniones pueda darse inicio a su proceso de ingreso como miembro de pleno derecho de la organización multilateral, con el apoyo de Rusia y China, hecho que marcaría un nuevo punto de aceleración en el esquema de integración y cohesión del mundo multipolar. De confirmarse esto, sería un importante éxito diplomático para la joven administración del país persa.

Más allá de Afganistán: Aunque Afganistán ocupa un lugar central de las reuniones, la agenda de la OCS se plantea abordar otros temas de interés regional, como la cooperación económica, financiera y tecnológica. El secretario de la organización, Vladimir Norov, destacó que “la intensificación de la cooperación comercial y económica multilateral se convertirá en la principal tarea estratégica de la próxima década de actividades de la OCS”, ya que el “espacio OSC es una gran plataforma para el comercio y la cooperación económica mutuamente beneficiosos, la implementación de proyectos conjuntos que cubren casi todos los sectores de la economía”.

Otros datos: Norov aseveró, según reporte de la agencia TASS, que “el PIB agregado de todos los estados miembros de la organización alcanzó el 23% del el PIB mundial total en 2020, mientras que para 2030 se espera que aumente al 35-40% del PIB mundial”, un factor que le otorga un peso objetivo en el curso de la economía global.

Importancia:
 La OCS, fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, representó la primera grieta del mundo unipolar establecido por EE.UU. tras la Guerra Fría. Desde aquel entonces, ha ido ganando peso como ecuación multilateral de la región euroasiática, siendo punto de encuentro para la concreción de acuerdos estratégicos en el área económica y plataforma de interlocución político-diplomática entre sus países miembros y observadores. Es uno de los contrapesos fundamentales de Washington en la zona.

Factor: Afganistán cuenta con estatus observador de la OSC y su desarrollo dentro de la organización a partir de ahora está todavía por verse.

Por qué es importante: La cumbre OSC-OTSC en Dushanbe, corazón del centro de Asia, implica un reforzamiento del bloque de poder euroasiático tras el fracaso del imperio estadounidense en Afganistán, evento que también se proyecta hacia otros vectores como la desdolarización creciente en la zona y la consolidación de una arquitectura financiera independiente de los circuitos tradicionales controlados por Washington. El evento es también sumamente importante por el mensaje que emite: por primera vez en mucho tiempo, Washington no tiene ni voz ni voto en el esquema de respuesta que se está diseñando para atender una de las crisis internacionales de seguridad y migración más importantes del siglo XXI.

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