La cumbre del G7 no estuvo exenta de las contradicciones y divergencias del bloque atlantista

El G7 decide reforzar la escalada contra China

La Cumbre del G7 finaliza ratificando un compromiso para sostener la hegemonía de Occidente y el Norte Global en las relaciones del sistema-mundo. Su objetivo medular: detener el ascenso de China.

Contexto: El G7 se reúne presencialmente y Joe Biden marcó la agenda en Reino Unido, lugar del evento. “EE.UU. ha vuelto”, dijo el mandatario, reafirmando la intención de “liderazgo mundial” que, ha dicho, debe sostener su país.

Las posiciones contra China marcaron la agenda de manera transversal en sus diferentes temas.

Los líderes apoyaron la propuesta de un proyecto global de infraestructuras, el “Build back better for the world” (Reconstruir mejor para el mundo) para “responder a las necesidades tremendas de infraestructuras en los países de ingresos medios y altos”.

Este anuncio es una clara respuesta al proyecto One Belt, One Road (Un Cinturón, Un Camino) de China, un plan para construir puertos e infraestructuras en África, Asia y otras áreas, proponiendo un multilateralismo constructivo fundado en el comercio, el financiamiento y la resolución de grandes problemas, que es diametralmente opuesto a la nefasta tradición de las relaciones entre Occidente y el Sur Global.

El G7 también ha pactado oponerse a las prácticas “anticompetitivas” de China que aseguran, “socavan el funcionamiento de la economía mundial”. El comunicado final de la Cumbre se ha referido también a las “violaciones de derechos humanos” en Xinjiang y exige a Pekín que asegure un “alto nivel de autonomía” para Hong Kong, además de una investigación sobre el origen del virus SARS-Cov-2, lo cual es una solicitud insultante.

La posición de Biden, que solo se distancia de la de Trump en apariencias de discursos, pero no en los hechos, ha propuesto una agenda ideologizada claramente rancia, que bien puede explicarse desde el claro declive estadounidense y que ahora intentan maniobrar.

China responde: El Gobierno de China rechazó las intromisiones del G7 en sus asuntos internos y aseguró que “la época en que un pequeño grupo de naciones decidía sobre los asuntos globales ya terminó”, declaró un portavoz de la embajada china en Londres.

Asimismo, el funcionario subrayó que todos los estados son iguales, independientemente de que sean grandes, pequeños, pobres o ricos, por lo que “los asuntos mundiales deben tratarse mediante la consulta de todos los países”.

“Instamos a EE.UU. y a otros miembros del G7 a respetar los hechos, entender la situación, dejar de calumniar a China, dejar de intervenir en los asuntos internos de China, dejar de dañar los intereses de China y hacer más cosas que contribuyan al desarrollo de la cooperación internacional, no a la creación artificial de confrontaciones”, declaró el diplomático.

Se esperan nuevas respuestas de China al más alto nivel.

Por que es importante: La posición de contrapeso geopolítico del gigante asiático y su crecimiento económico, militar y diplomático ha encendido las alarmas en EE.UU. y Europa, pues los chinos están ganando en la carrera de la globalización.

Asediados por duras medidas coercitivas unilaterales, los asiáticos han entendido en profundidad la construcción cada vez más acelerada de un cuadro adverso en su frente externo y su parlamento ha aprobado recientemente una ley “Anti-sanciones”, preparandose así para los nuevos escenarios.

Este complejo cuadro demandará a los chinos redoblar sus esfuerzos en todos los ámbitos para continuar su ritmo y no desacelerarlo. Esto podrá significar un afianzamiento de su agenda exterior y se proyecta un atrincheramiento en posturas de las grandes placas tectónicas la política mundial, en dimensiones idénticas a la de la llamada “Guerra Fría”.

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