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El día después de hoy: Nueva fase de la crisis climática

Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Climate Change’ concluyó que la principal corriente oceánica del Atlántico parece haber ido perdiendo estabilidad en el transcurso del último siglo y estar acercándose a un umbral crítico que la lleve al colapso.

Se trata de la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés) o Corriente del Golfo, que influye en los sistemas meteorológicos de todo el mundo porque se encarga de mover el calor que la atmósfera vuelca en los océanos, estabilizando el clima a nivel global.

¿Cómo funciona la AMOC?: Transporta masas de agua cálida desde los trópicos hacia el norte en la superficie del océano y agua fría hacia el sur en el fondo del océano como la cadena de una bicicleta.

Es también el mayor sumidero de CO2 del hemisferio norte; cuando las aguas calientes se sumergen (un proceso llamado downwelling) se llevan consigo toneladas de CO2 al fondo de los océanos, quitándolo de la atmósfera. Cuando el agua fría vuelve a la superficie (upwelling) trae consigo toneladas de nutrientes necesarios para mantener la vida en los océanos.

A partir de algunas simulaciones por computadoras y de datos del pasado de la Tierra, los denominados registros proxy paleoclimáticos, se supo que la AMOC puede mostrar, además del modo fuerte actual, un modo de funcionamiento alternativo, sustancialmente más débil y el cambio ocurre bruscamente.

Ya se había demostrado que la AMOC se encuentra actualmente en su punto más débil en más de mil años pero hasta ahora existía la duda respecto a si el debilitamiento observado corresponde a un cambio en el estado de la circulación media, o si está asociado a una pérdida real de estabilidad dinámica.

¿Qué causa este fenómeno?: Un autor del estudio, Niklas Boers, del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam, la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Exeter, ha señalado que todos los factores que causan este debilitamiento están relacionados con el cambio climático de origen “humano”:

  • El calentamiento del océano Atlántico tiene efecto sobre su circulación.
  • La entrada de agua dulce y fría procedente del deshielo de Groenlandia.
  • El deshielo del mar.
  • El aumento de las precipitaciones.
  • La escorrentía de los ríos, debido a que el agua dulce es más ligera que la salada y reduce la tendencia del agua a hundirse desde la superficie hasta mayores profundidades, lo que constituye uno de los motores del retorno.

¿Consecuencias?: Un acontecimiento de este tipo ocasionaría menos aporte de nutrientes para la vida oceánica, provocando extinciones masivas y aceleraría todavía más la acumulación de CO2 en la atmósfera.

Además alteraría gravemente las lluvias de las que dependen miles de millones de personas para alimentarse en la India, América del Sur y África Occidental; aumentando las tormentas y bajando las temperaturas en Europa; y haciendo subir el nivel del mar en el este de América del Norte. También pondría en peligro la selva amazónica y las capas de hielo de la Antártida.

Si la corriente sigue debilitándose podrían verse alterados los patrones climáticos con un aumento más rápido del nivel del mar en la costa este estadounidense, y también de Europa hasta el Sahel africano, llenando los inviernos de metros y metros de nieve y acentuando las olas de calor durante los veranos.

Por qué es importante: Aunque faltan datos y precisiones acerca de lo que puede revertirse, ya los impactos de la pandemia global han significado heridas en un sistema capitalista en declive, los cambios grandes, rápidos e irreversibles en el clima profundizan la crisis global.

Las noticias sobre incendios, olas de frío o de calor, inundaciones y huracanes en casi todo el mundo indican que se puede haber cruzado ya una serie de puntos de inflexión que suponen “una amenaza existencial para la civilización”.

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