La conflictividad geopolítica sigue en ascenso, esta vez producto del paquete de sanciones ilegales impuestas sobre la República Popular China a manos de la Unión Europea (UE) en un intento por elevar las presiones atlánticas contra el eje euroasiático.
Panorama: El 22 de marzo, el Consejo de la Unión Europea dictaminó la aplicación de sanciones ilegales contra varios funcionarios de la República Popular China, haciéndose eco de la campaña de propaganda estadounidense sobre la supuesta violación de derechos humanos de la población uigur de la región de Xinjiang.
Datos: Los funcionarios e instituciones chinas sancionados son, según informó El País de España:
- Zhu Hailun, exsecretario del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos de Xinjiang.
- Wang Junzheng, secretario del Partido Comunista del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang.
- Wang Mingshan, miembro del Comité Permanente del Partido Comunista en Xinjiang.
- Chen Mingguo, director de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang.
- Oficina de Seguridad Pública del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang.
Orquestación: La forma en que se han desplegado estas acciones de injerencia y presión contra China desnuda el falso interés por la situación de los derechos humanos de la población uigur. En realidad, se trata de una acción coordinada por el bloque atlántico con el fin de demostrar fuerza y autoridad en la escena internacional, luego de la derrota narrativa propinada por China a EE.UU. en el encuentro de Alaska y del asertivo manejo del presidente ruso Vladímir Putin a la intransigencia de Joe Biden.
La clave: Esto lo deja ver CNN en una revisión de las medidas de presión: “En una serie de declaraciones cuidadosamente orquestadas, EE.UU. junto a sus aliados en Europa, América del Norte y Asia Pacífico creó una demostración unificada de fuerza. […] La Unión Europea dio a conocer sus propias sanciones, a las cuales siguieron las designaciones de EE.UU., luego, se emitió la declaración conjunta de Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU., y de los ministros de Relaciones Exteriores de la alianza de inteligencia conocida como Five Eyes, que componen Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelandia”.
Contraataque: China ha decidido responder con reciprocidad, y en esa línea ha sancionado a entidades y legisladores del bloque vinculados a la agresión diplomática:
- Reinhard Butikofer, jefe de la delegación parlamentaria europea en China.
- Adrian Zenz, académico alemán.
- Sjoerd Wiemer Sjoerdsma, diputado holandés.
- Samuel Cogolati, legislador belga.
- Dovile Sakaliene, parlamentario lituano.
- Fundación para la Alianza de las Democracias.
- Merics, tanque pensante alemán.
- Comité Político y de Seguridad del Consejo de la Unión Europea.
- Subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
- Otros cinco parlamentarios europeos también fueron sancionados.
Por qué es importante: La última vez que el bloque europeo impuso sanciones contra el gigante asiático fue tras la operación de bandera falsa de la plaza de Tiananmén en 1989. Sin embargo, este nuevo hito de presión refleja dos fenómenos medulares de las relaciones internacionales en la actualidad:
- La subordinación estratégica de la UE a las directrices geopolíticas de Washington y la reducción de su ya escasa autonomía en términos de política exterior, lo cual se ejemplifica también en las medidas de injerencia contra Venezuela.
- La posición ofensiva de la República Popular China en el terreno global y el afianzamiento de la unidad del eje multipolar euroasiático, que ha debilitado la presencia económica y militar de la alianza atlántica en los últimos años, incluyendo su capacidad de influencia en los asuntos mundiales.
