Una mujer venezolana sostiene una fotografía de Hugo Chávez

8 años de La siembra de Hugo Chávez

Se cumplen 8 años desde el 5 de marzo de 2013, fecha en la que muere el Comandante Presidente Hugo Chávez. Fecha que también da inicio al chavismo como movimiento político y fuerza sociocultural más allá de la existencia física de su líder fundador.

Chávez irrumpió en la memoria nacional desde el 4 de febrero de 1992 en una postal de aparente derrota. Se despidió reelecto y triunfante de las elecciones presidenciales de 2012, invicto, como tantas veces le llamaron, dividiendo la línea histórica de la revolución bolivariana en dos tiempos, precisamente en esta fecha.

Contexto: La muerte del Comandante Chávez (aún por aclarar) podría considerarse uno de los momentos que más consternación ha generado en la vida nacional, por tratarse no solo de la muerte de un presidente o un líder politico. En realidad el 5 de marzo de 2013 muere uno de los referentes identitarios que más rápido y profundo se arraigó en la vida venezolana.

En efecto, podría considerarse, desde ahora y para la historia en el futuro, que el duro período político y económico que ha vivido la nación en los últimos años tiene como punto de partida la muerte del Comandante, pues los enemigos de Venezuela procedieron a catalogar a la Revolución Bolivariana como una fuerza sensible y endeble, golpeandola desde aquel momento en un punto de suma vulnerabilidad y escalando luego en las diversas formas de agresión.

Desde entonces, y con el propósito de debilitar el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, los estadounidenses y muchos agentes en Venezuela y otros países procedieron a ejecutar acciones para diluir las formas de gobernanza política y económica, mediante operaciones de asfixia que han evolucionado transversalmente de acuerdo a los contextos y se han profundizado como desfiguraciones en muchos aspectos de la vida del país.

Sin embargo, y contra todas las predicciones de los enemigos de Venezuela, el chavismo ha logrado persistir en la conducción de los destinos nacionales, hilvanando la política en situaciones excepcionales y manteniéndose dentro de su centro de gravedad elemental. Más allá del gobierno, el chavismo continúa como una fuerza culturalmente heterogénea que sigue teniendo una marca de distinción en la vida nacional con profundo arraigo.

Por qué es importante: Los ataques de espectro completo a la vida nacional también han sido simbólicos y psicosociales, ataques que han quedado en evidencia cuando, desde la muerte del Comandante, su nombre e historia inmediatamente comenzaron a ser distorsionados o simplemente eliminados de plataformas digitales, medios de comunicación, libros, etc.

Atacando el símbolo, que ha sido Chávez, han promovido una remodelación en la psicología de masas, borrando, desfigurado o reinterpretando el lapso histórico chavista mediante todo tipo de manipulaciones, pretendiendo con ello reescribir la historia reciente, declarando, por ejemplo, que los estragos que hoy hay en la economía venezolana son por medidas de Chávez y no por el bloqueo estadounidense.

De ahí que el reencuentro y el recuerdo por Chávez sigue siendo para sus seguidores y protectores de su legado un punto de reafirmación. Frente a las actuales circunstancias de lucha por la memoria y los códigos de identidad cultural, el chavismo se reacomoda en su marca de distinción y a su mejor referente junto a Bolívar.

La honra a Chávez es también una honra a un capítulo todavía vigente de la vida venezolana. Es el pueblo recordándose a sí mismo, a su gesta, de la mano de un sobresaliente hijo.

Más allá del recordatorio de esta fecha, el chavismo lidia también con la necesidad de redimensionar a Chávez en el tiempo político actual y los que vienen, llevando su identidad al terreno político de lo real y frente a las nuevas realidades, para, de esa manera, revitalizar su ideario y vigencia.

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