Guerra asimétrica: Colombia juega nuevamente la carta paramilitar

A través de un comunicado oficial publicado este 22 de marzo, el ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino López, informó sobre los combates armados entre la FANB y grupos irregulares colombianos que se desarrollaron este domingo 21 de marzo en la población La Coromoto del estado Apure (estado fronterizo con Colombia).

Contexto: El enfrentamiento sucedió en medio de la operación Escudo Bolivariano 2021, activada a principios de marzo por el Comando Estratégico Operacional (CEOFANB) para elevar el apresto militar del país y afianzar la presencia en zonas especialmente riesgosas para la seguridad nacional.

Saldo: Dos efectivos militares venezolanos (mayor Edward Ramón Corobo Segovia y primer teniente Yonathan Miguel Duarte) fallecieron y otros varios resultaron heridos.

Dato: Como resultado de la operación de resguardo de la soberanía nacional, resultó neutralizado alias “Nando” junto a otros 32 integrantes del grupo armado. Se decomisaron armamentos, pertrechos de guerra, explosivos, vehículos, drogas y, en total, 6 campamentos fueron destruidos.

Continuidad: Al cierre de este reporte y según lo informado por el ministro Padrino López, las tareas de escudriñamiento en la zona continúan para “seguir combatiendo los delitos trasnacionales del paramilitarismo, narcotráfico y cualquier otro que pretendan llevar a cabo en nuestro territorio”.

La clave: El choque armado en la población apureña coincide con el ascenso de la retórica de confrontación del gobierno colombiano presidido por Iván Duque. Hace tan solo dos días, el mandatario uribista llamó “asesino” al jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, agregando un nuevo hito al clima de acoso y hostigamiento contra la soberanía venezolana.

Antecedentes: El hecho encaja con denuncias ya realizadas sobre la posición de Colombia como estado proxy de la guerra híbrida contra Venezuela:

• Hace dos semanas, el presidente Nicolás Maduro acusó al gobierno colombiano de querer “dañar, sabotear y robar buena parte del sistema de armas venezolano”, en busca de “justificar una agresión militar” con “la excusa de supuestos grupos guerrilleros”.
• Desde mediados del año pasado, la brigada de fuerzas especiales del ejército de EE.UU. (SFAB) tiene presencia en Colombia con el objetivo inconfesable de colaborar con grupos irregulares.
• En febrero, el gobierno colombiano creó un comando militar élite para intimidar a Venezuela con supuestas operaciones en su territorio.
• Hace pocos días, el asesor de seguridad nacional de EE.UU., Jake Sullivan, mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, sobre la necesidad de reforzar las relaciones entre ambos países. Venezuela y su “crisis humanitaria” fue mencionada.

Por qué es importante: El combate armado en Apure representa el episodio de guerra asimétrica más grave desde la fallida Operación Gedeón de mayo de 2020, la cual fue planificada enteramente desde suelo colombiano. El evento también refleja la intención de reflotar el ecosistema de narcotraficantes y paramilitares activo en puntos álgidos de la frontera con la finalidad de vulnerar la soberanía venezolana mientras el Estado colombiano endurece su narrativa a nivel oficial. No obstante, el calentamiento armado ha sido un recurso clásico dentro del esquema general de guerra híbrida contra Venezuela, orientado a crear episodios de tensión e intimidación que proyecten al Estado venezolano en un marco de debilidad y descontrol territorial, al mismo tiempo que se prueban recursos, ensayan operaciones y testean zonas de posible vulnerabilidad. Sin embargo, pese a estos cálculos, la FANB ha ejercido autoridad frente al ascenso de amenazas.