En una reciente inspección de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la ciudad epicentro de la pandemia en China, concluyeron que no hay pruebas de la presencia de covid-19 en Wuhan antes de diciembre de 2019 ni de su probable transmisión desde murciélagos, aseguran los expertos de la OMS y China en esa ciudad.
La visita al recordado mercado de Wuhan, que se presumía podía ser epicentro de la pandemia, tampoco arrojó datos claros.
La transmisión desde un animal es probable, pero “no se ha identificado aún”, dijo Liang Wannian, jefe del grupo de científicos chinos que acompañaron a la OMS durante una rueda de prensa.
No escapó de un laboratorio: Adicionalmente, los expertos rechazaron la teoría de que este coronavirus pudo generarse en un laboratorio. “La hipótesis de un accidente en un laboratorio es extremadamente improbable para explicar la introducción del virus en el ser humano”, agregaron.
Estos elementos dejan en el aire nuevas dudas. Nuevamente ha quedado descartado que el virus salió de algún laboratorio, tal como en abril de 2020 fuera referido por los servicios de inteligencia de Estados Unidos al afirmar que por sus características el virus no fue creado en un laboratorio.
Nuevas incertudumbres: Cada vez más estudios sugieren que no hay datos concluyentes de que China sea definitivamente el punto de origen del virus, aunque este haya sido el lugar donde se haya catalogado su proliferación en un primer momento.
Aunque la cepa de covid que se propagó ha existido desde hace mucho en murciélagos, el punto exacto de su salto a la especie humana es lo que más genera dudas.
El 30 de noviembre de 2020 fue publicado un estudio en la revista Clinical Infectious Diseases, elaborado por expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, donde agregan nuevas dudas sobre el inicio real de la pandemia.
Estos investigadores vinculados al gobierno estadounidense identificaron retroactivamente que 39 personas de tres estados del país ya habían desarrollado anticuerpos contra el coronavirus dos semanas antes de que se produjera la alerta en China.
Otro estudio a referir fue liderado en 2020 por investigadores de la Universidad de Barcelona. Según ellos, hubo presencia del nuevo coronavirus en muestras congeladas recogidas en España desde el 15 de enero de 2020 (41 días antes de la primera notificación oficial en el país) y desde el 12 de marzo de 2019 (nueve meses antes del primer caso reportado en China).
La guerra por otros medios: Apartando las dudas en el ámbito científico, lo único cierto en el hecho político y comunicacional es que el aparente punto inicial del virus en China sirvió para desatar ataques apuntando al gigante asiático, exacerbando no solo el estigma racial y político, pues la Administración Trump atizó ello en su campaña electoral para legitimar medidas de ataques en otros frentes.
Adicionalmente, los elementos políticos y narrativos incluidos en esta componenda, han previsto deslegitimar a China y culparla de las consecuencias de la pandemia, supuestamente por detonar una crisis en la que ganaría terreno, intentando así debilitar su imagen y su creciente e imparable liderazgo internacional.
En el plano de la política, la imposición de relatos es también el desarrollo de la guerra por otros medios, en este caso, medios no convencionales y característicos de las guerras de nuestro tiempo: simbólicas, comunicacionales e híbridas.
