Sede del Parlamento venezolano, en el corazón de la capital venezolana, Caracas

Nuevo CNE en Venezuela: ¿Qué es lo importante?

La designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) constituye uno de los ejes primordiales de la recomposición institucional del país latinoamericano luego de varios años de instrumentalización extralegal de su Parlamento con la intención de fracturar el equilibrio normativo entre los poderes públicos a beneficio de la campaña de cambio de régimen.

Panorama: Tras 80 días de trabajo continuo del Comité de Postulaciones Electorales, la Asamblea Nacional electa el pasado 6 de diciembre de 2020 se enrumba a la elección de una nueva directiva del CNE (15 rectores en total, 5 principales y 10 suplentes), partiendo de un listado depurado de 103 candidatos propuestos por múltiples organizaciones políticas y de la “sociedad civil”.

Premisa: La renovación del poder electoral venezolano surge de la necesidad de acoplar el funcionamiento institucional del país tras la omisión legislativa de la Asamblea Nacional dominada por la élite de partidos políticos de oposición que resultó vencedora en los comicios de 2015. No obstante, como tarea de primer orden en el contexto actual, el nuevo CNE tiene el reto de organizar las venideras elecciones de gobernadores, consejos legislativos regionales y alcaldes, cuya celebración fortalece el ciclo de reinstitucionalización iniciado en mayo de 2018.

El G4: El dilema entre participar o no en escenarios electorales representa el núcleo de la “guerra civil” suigéneris que ha vivido el campo político del antichavismo durante los últimos años. El interés de EE.UU. de imponer a Guaidó como “líder natural” de la oposición, y la subestimación de factores moderados que apuestan por vías de negociación con el Gobierno venezolano, llegó al extremo en el ciclo 2019-2020, provocando una fractura que se hizo patente en las elecciones parlamentarias, cuando figuras periféricas del denominado G4 tomaron la iniciativa de participar con el fin de ganar influencia institucional y terminar de desplazar a Guaidó del panorama político.

La clave: La elección de un nuevo CNE, políticamente representa una nueva apuesta para fortalecer la vía electoral y, en consecuencia, debilitar la agenda de cambio de régimen basada en un repertorio letal de amenazas militares continuas, bloqueos y embargos ilegales de los activos de la República y operaciones de guerra no convencional en la frontera con Colombia, más recientemente en el eje apureño.

Voceros: Los diputados de la oposición que han asumido el pilotaje de las postulaciones para definir la nueva directiva del CNE advierten que su nueva configuración estimulará la participación de factores del G4 en las venideras elecciones. Según el diputado José Gregorio Correa, vicepresidente del Comité de Postulaciones, “Servirá para que ya no haya más excusas para evitar la participación electoral” […] “existe una voluntad de esos sectores de ir a elecciones” […] “Sé que varios de los partidos y dirigentes que no participaron el 6 de diciembre hoy tienen la intención de hacerlo”, acotó.

Por qué es importante: El cambio de administración en EE.UU., el reflujo del “proyecto Guaidó”, la apertura de un nuevo marco de expectativas nacionales frente a la complicada situación económica del país y el viraje del tablero hacia el centro y el pragmatismo producido por el degaste del conflicto en amplias capas de la sociedad, amenazan con dejar al denominado G4 aún más aislado del panorama de poder.

Sin embargo, más allá que del rechazo público de este sector a la elección de la autoridad electoral, con lo cual dejan registro de su resistencia a la participación en los próximos comicios, pareciera que muchos en silencio pueden estar buscando un cambio de aproximación, por lógica elemental de supervivencia.

ASOCIADO