La situación en Afganistán puede girar en cualquier dirección luego del regreso del Talibán

En plena tormenta, el diálogo parece despuntar en Afganistán

No se esperaba un ambiente menos tenso pasada una semana de la toma de Kabul por parte del movimiento Talibán.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que “Nuestra misión era proteger a Estados Unidos, no a Afganistán, y lo hemos conseguido”.

El portavoz talibán, Suhail Shaheen, advirtió que “Si EE.UU. o Reino Unido buscaran más tiempo para continuar con las evacuaciones, la respuesta es no. O habría consecuencias”.

Las complicaciones y el descontento de Europa: El 21/08, la UE admitió que es “imposible” para EE.UU. y los aliados europeos evacuar de Kabul a su personal y a familias afganas antes del 31/08 y culpó a las tropas estadounidenses en el aeropuerto de la ciudad de obstaculizar las tareas de evacuación.

Los números de evacuados por Bruselas son tan modestos como su presencia en el país euroasiático, mientras que EE.UU. ha repatriado y ayudado a sacar del país a más de 48 mil personas desde el comienzo de la ofensiva talibán.

Fuentes europeas reconocen que “para la UE es importante que las operaciones puedan continuar más allá de la fecha establecida para ayudar a más gente a salir”.

Múltiples declaraciones de voceros y allegados demuestran el creciente descontento de Bruselas con Washington debido a que a los europeos les convenía política y estratégicamente permanecer en el país para garantizar una marcha calmada bajo el supuesto de dejar Afganistán con una base democrática y unas fuerzas de seguridad más firmes. Esta situación hubiera sido complicada de conseguir en unos meses o años cuando no pudieron hacerlo en dos décadas.

¿Ambiente de diálogo?: Josep Borrell, canciller de la UE, ha afirmado que “El Talibán ganó la guerra, y vamos a tener que hablar con ellos”. Este es ahora el gobernante en Afganistán y está formando el nuevo gobierno luego de casi controlar 33 de las 34 provincias afganas.

Luego de que Biden afirmara el pasado domingo que esperaba no tener que negociar con el Talibán, quienes hasta ahora han cooperado con la salida, el director de la CIA, William J. Burns, mantuvo una reunión secreta en Kabul el lunes con Abdul Ghani Baradar, considerado líder talibán.

Así lo informó The Washington Post agregando que en el encuentro “probablemente” se abordó la fecha del repliegue de tropas de EE.UU.

En rueda de prensa, el Talibán pidió a EE.UU. que dejara de animar a la gente a abandonar el país y dijeron que no se permitiría que los ciudadanos afganos vayan al aeropuerto de Kabul, se pidió a la multitud que se encuentra en el aeropuerto que se vaya a casa.

El movimiento indicó que desean resolver la situación en el valle de Panjshir, región controlada por las fuerzas de la resistencia, mediante el diálogo. Ha estado en contacto diario con los líderes de las tribus y los antiguos funcionarios afganos.
Según el periodista Elijah J. Magnier, las condiciones del líder de la región, Ahmad Masoud, fueron acordadas en parte y otras fueron rechazadas.

El Talibán quiere a Masoud en el próximo gobierno sin exclusividades, y si las negociaciones no van a ninguna parte en los próximos días, avanzarán hacia el valle.

Afirmó Magnier que EE.UU., Rusia, Pakistán y otros países están contactando con Masoud, cada uno con sus intereses.

Desde otro ángulo, HR McMaster, exasesor de seguridad de Trump, señaló que el principal motivo del colapso de Kabul es la firma de un “acuerdo de rendición” por parte del exsecretario estadounidense de Estado Mike Pompeo ante el Talibán, durante el mandato de Trump.

Por qué es importante: Mientras la OTAN y la UE adolecen de quiebres intestinos, producto de la no asimilación de una derrota cantada, las nuevas posiciones del Talibán aumentan la expectativa respecto a una eventual estabilidad en Afganistán. Queda mucho por ver y analizar sobre el papel de nuevos actores como China, Turquía e Irán, a quienes les queda ese reto en las manos, o el caos que EE.UU. parece estar induciendo.

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