La pospandemia no ha limitado la expansión económica de China, sino todo lo contrario

Economía de China: Crecimiento y disputa geopolítica

La Oficina de Estadísticas del Gobierno de China ha revelado nuevas cifras que señalan el claro crecimiento económico de la hasta ahora segunda potencia económica mundial.

El contexto es sumamente singular. El marco económico es de rebote y repunte de varias economías del mundo Occidental, especialmente las de EE.UU. y Europa, mientras otros países en latinoamerica, Asia y África, siguen resentidos por los embates económicos que ha generado la pandemia por covid-19.

Datos: El PIB de China mantuvo un crecimiento de 7,9% interanual para el segundo trimestre del año.

La moderación del crecimiento a partir del segundo trimestre y durante el resto de 2021 era algo ya previsto por los expertos. En parte, porque el fuerte aumento del crecimiento anualizado en el primer trimestre reflejaba el duro golpe (-6,8%) que la economía china había sufrido en el periodo de enero a marzo de 2020, en el peor momento de la pandemia.

El crecimiento del segundo trimestre se vio favorecido por la fortaleza de las exportaciones, que aumentaron un 31%.

Las importaciones se elevaron en un 43%.

En datos económicos internos del país, el gobierno chino indicó que la producción industrial creció en junio un 8,3% anualizado. Las ventas al por menor aumentaron un 12,1%. El índice de desempleo urbano se situó en el 5%, después de que en febrero de 2020, en lo peor de la pandemia hubiera llegado al 6,2%.

Contexto: La recuperación de China no está exenta de preocupaciones para el mismo gobierno del país asiático, pero no solo por el volumen de crecimiento, sino por el metabolismo que podría adquirir en la medida en que sigue arreciando la guerra comercial abierta que iniciara el gobierno de Donald Trump y que ha sido sostenida y ampliada por Joe Biden.

Aunque en mayo de este año, en medio de negociaciones entre ambos países, se vislumbraban posibilidades de que esta pudiera darse por terminada, lo cierto es que los estadounidenses han aplicado estrategias en las que mientras negocian aplican medidas que entorpecen los potenciales acuerdos. Así ha sido.

Luego de las reuniones de mayo, Biden decidió prohibir que las inversiones estadounidenses en una decena de empresas bandera de tecnología y defensa de China con supuestos vínculos militares.

Esa nueva orden ejecutiva, de la que informó la Casa Blanca entrará el vigor el 2 de agosto, afectará a 59 firmas del país asiático, incluyendo el gigante Huawei y las tres mayores compañías de telecomunicaciones de la nación. Se trata de una ampliación de la orden firmada previamente por su antecesor, Donald Trump, que promovió un endurecimiento de la postura con China y llevó a que algunos expertos alertaran de una “nueva guerra fría”. Sin embargo, Biden parece incrementar la disputa comercial que tiene epicentro en sectores claves como el tecnológico.

El Ministerio de Comercio chino calificó las sanciones estadounidenses como “una represión irracional contra las empresas chinas” e instó a EE.UU. a “corregir sus irregularidades”.

Además, el comunicado aseguró que China tomará “las medidas necesarias para proteger sus derechos e intereses legítimos”.

Por qué es importante: Los esfuerzos de los estadounidenses para contener al gigante asiático guarda congruencia con diversas previsiones claras sobre la pérdida de hegemonía de EE.UU.

Se prevé que China desbancará a los norteamericanos como la mayor economía del mundo en 2028, cinco años antes de lo previsto anteriormente por el Centro de Investigación Económica y de Negocios (CEBR, por sus siglas en inglés).

Según este centro de estudios británico, el hábil manejo de la pandemia aumentará su ritmo de crecimiento en comparación con EE.UU. y Europa en los próximos años. En este nuevo escenario, India se convertiría en la tercera economía del mundo en 2030, lugar que actualmente ocupa Japón.

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