Jorge Rodríguez, por el Gobierno Bolivariano de Venezuela, y Gerardo Blyde, representante de la oposición, firman el memorando de entendimiento

Lectura integral del memorando de entendimiento firmado en México

Este viernes, inició el proceso de diálogo entre el gobierno de Venezuela y los representantes de las oposiciones en Ciudad de México, un arduo y complejo proceso en la búsqueda de acuerdos “integrales”.

Contexto: El proceso de diálogo ha iniciado con la firma de un memorando de entendimiento entre el gobierno venezolano y las tendencias opositoras con presencia en México bajo el nombre de “Plataforma Unitaria”.

El diálogo es facilitado por el Reino de Noruega y cuenta con el acompañamiento del Reino de Países Bajos y la Federación de Rusia. Seguidamente, Noruega facilitará los nombres de los países que formarán parte del Grupo de Amigos y, como es evidente, México brinda la hospitalidad y los auspicios para estos encuentros.

En punto inicial, el memorando firmado establece el compromiso de efectuar negociaciones y acuerdos en los siguientes siete puntos:

  1. Derechos políticos para todos
  2. Garantías electorales para todos
  3. Levantamiento de sanciones
  4. Respeto al Estado Constitucional
  5. Convivencia política y social
  6. Protección de la economía nacional
  7. Garantías de implementación y seguimiento de los acuerdos

Detalles: El acuerdo firmado por Jorge Rodríguez, como principal dialogante por el chavismo, y por Gerardo Blyde como su homólogo opositor, ha sido revelado al público y cuenta con importantes matices.

Este refiere el desarrollo de una “negociación intensa, integral, incremental y pacífica”, lo cual supone que estos diálogos no son de plazo inmediato, sino que se trata de una dinámica progresiva.

“La negociación se basa en el principio de que nada está acordado hasta que todo lo esté”, señala. Aunque el documento establece que se pueden pactar y hasta ejecutar acuerdos parciales que deben ser reconocidos en el saldo final de la negociación.

El acuerdo integral a generarse debe guardar “respeto absoluto a la Constitución Nacional”. No se trata de un elemento decorativo o superfluo. La frase da el cierre al objetivo del diálogo y como coletilla define el espíritu de estos. Es este un factor relevante, pues deja delimitado un claro margen de maniobra.

Por qué es importante: Los tiempos políticos y narrativos de la política venezolana transitaron, desde hace apenas dos años, desde duras presiones contra el chavismo con una agenda destituyente clara y negacionista del diálogo hasta el punto actual, donde termina imponiéndose el diálogo propuesto por el chavismo. Es evidente que la estrategia antichavista, tanto interna como externa, desembocó en un claro fracaso.

El chavismo llega a la cita fortalecido, cohesionado en la estructura de gobierno, con recuperación de presencia internacional y luego de haber logrado debilitar los consensos alrededor del bloqueo al país. La oposición llega a México dividida, con una crisis en la fabricada “legitimidad” de Guaidó y luego de que se debilitara su apoyo por factores de la comunidad internacional.

A las partes conviene que esta negociación dé resultados. Sin embargo, la oposición lidia con el precedente de República Dominicana en 2018, siendo de conocimiento por los factores internacionales su retiro de esa mesa y la complicación del cuadro político en el país posterior a ello. Considerando el momento actual y con los costos que lidian, los opositores están obligados a no patear la mesa.

El proceso de diálogo será progresivo y un hito político en las semanas por venir, pues reviste en un punto de inflexión en el desarrollo de la crisis política inducida en Venezuela. Las presiones estadounidenses que han ido a México a control remoto por los delegados opositores siguen siendo el principal factor de perturbación a los diálogos.

ASOCIADO