Yair Lapid y Naftali Bennett

Banjamín Netanyahu sale del poder en Israel: ¿Qué implica?

El millonario en el sector tecnológico, exministro y conservador Naftali Bennett, se ha abierto camino situándose a la derecha de su exmentor Benjamín Netanyahu, y ahora asume su puesto en el marco de una “coalición de cambio”.

Bennett se juramentó el domingo como nuevo primer ministro de Israel tras ganar una votación de confianza con el más estrecho margen, solo 60 votos contra 59. Su victoria pone fin a 12 años de poder del exprimer ministro Benjamín Netanyahu, el líder con más años en el cargo en el país.

Contexto: Después de cuatro elecciones en dos años, el gobierno entrante de Bennett rompe un largo estancamiento político y da paso a la coalición más diversa que jamás haya visto Israel, con partidos de derecha, izquierda e incluso el primer partido árabe que forma parte del gobierno. Más allá de tratarse de una unidad nacional con un proyecto político de consenso, se trata de una unidad pragmática de fuerzas políticas para defenestrar a Netanyahu.

La elección del nuevo primer ministro estuvo precedida por una aguda crisis política. Luego de fallidos intentos de los partidos en formar un nuevo gobierno, Netanyahu intentó imponer una quinta elección.

De hecho, podría considerarse que las recientes hostilidades que Netanyahu desató contra los palestinos pretendían aliviar la crisis interna y agrupar nuevamente a diversos sectores del país mediante sus acciones de fuerza y prácticas de Estado excepcional. Pero esto no surtió el efecto esperado.

Natanyahu declaró que la coalición que lo sacaría del cargo era una coalición de “izquierda”, alineada a Al-Assad y a Irán. Indicó que ese nuevo gobierno sería una amenaza a la seguridad de Israel y la semana pasada aseguró que, de formarse ese nuevo gobierno, este sería “derrocado muy pronto”, lo cual fue asumido por la clase política como un anuncio de golpe de Estado.

Israel sigue en la ultraderecha: Bennett lidera la formación Yamina, que aboga tanto por el ultraliberalismo económico como por la línea dura ante Irán y por la anexión de casi dos tercios de la Cisjordania ocupada, lo que brinda a su partido de derecha radical mucha popularidad entre los colonos judíos.

Bennett, quien es hijo de padres nacidos en suelo estadounidense y que usa una kipá, es un claro opositor a la posibilidad de un Estado palestino y ha afirmado su inexistencia, lo cual, según Bennett, refiere la ausencia de derechos de los palestinos en Cisjordania y Jerusalén. Sobre un Estado palestino ha dicho: “Haré todo lo que esté en mi poder para que nunca tengan su propio Estado”. Es de suponer que cualquier negociación con los palestinos será truncada en su mandato.

Bennett ha sido un opositor a Natanyahu desde la derecha y puede considerarse que ha presionado al gobierno empujándolo más a la derecha, reclamando más acciones de fuerza y criticando el congelamiento puntual en la creación de asentamientos y ocupaciones de tierra.

Sin embargo, Bennett asumirá por un período de dos años para luego entregar el testigo a Yair Lapid, según el acuerdo de esta coalición. Lapid es líder del partido centrista Yesh Atid que tiene 17 escaños en el parlamento y que fue clave en los acuerdos entre los diferentes partidos que llevaron al fin del control de Netanyahu en el poder.

Por que es importante: Israel sigue inmerso en una crisis política, pues debe considerarse la salida de Netanyahu como un epidodio más en un conflicto político interno mucho más extenso.

La coalición en el poder tendrá que lidiar nudos críticos que tienen el potencial de fragmentarla al mediano plazo. Adicionalmente, una posible judicialización de Netanyahu se cierne como otro punto de choque en el dividido poder político.

En tiempos en los que los gazatíes y Hamás lograron quebrar el orgullo sionista y redujeron la asimetría militar, la crisis transversal de la institucionalidad israelí es para ellos una seria debilidad.

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